No basta con vivir el ahora, ni con saber que el ahora es todo lo que existe, es preciso comprenderlo y explicarlo. No pretendo desarrollar una nueva teoría sobre la Vida, el Universo o el Todo. Dejo eso para los que dicen que saben, los especialistas, profesores, filósofos, maestros, iluminados. Soy solo un poeta que, con toda sencillez, les invita a iniciar una investigación sobre el movimiento que, revolución completamente distinta a todas las conocidas, comienza con el darse cuenta de la importancia que tiene el comprender el ahora.

Instantes y momentos

Era el momento de la decisión. No había duda. Hasta el momento mi vida de los últimos años había discurrido en una determinada dirección. Ahora al cerrarse aquel camino era preciso volver a donde todo había empezado.
Caminaba solo por la zona donde solíamos vernos sin quedar previamente: la biblioteca y los bares que la rodeaban. No encontré a nadie y aproveché para dar un paseo. Necesitaba reflexionar a solas.
Proyecté mi futuro a partir de una historia truncada, el proyecto fracasado de una urgencia inventada. Yo era un artista, un músico, un poeta, un revolucionario no un político. Pero todo lo había abandonado, disuelto en una militancia acuciante y obsesiva. Tenía que recuperar los años perdidos. Todo mi esfuerzo se centraría en ello, el objetivo estaba claro. Triunfar sería solo el resultado de un trabajo bien hecho. Luego, comprobaría que el éxito profesional no se obtiene por el trabajo bien hecho sino por la capacidad de amoldarse a lo establecido. En este caso, tras los cuarenta años de dictadura, al nuevo discurso político de la transición sometido a los intereses del mercado e inventado por los arribistas oportunistas de turno. Pero esta es otra historia.

Había puesto toda mi voluntad y mi esperanza, mi futuro en la consecución de una sociedad que pudiera dar a luz a una humanidad nueva. Para que esa sociedad fuera tenían que cumplirse las condiciones que el partido había dictaminado según su teoría, que se calificaba a sí misma de materialista y científica. Ahora veía que esas condiciones no se cumplían, que todo había sido imaginación, fantasía, deseo disfrazado de ciencia. Tomé la decisión en el momento, tras el desengaño ideológico y político para sobrevivir a lo que todavía consideraba como una traición a mis ideales.
Toda historia está compuesta de un primer momento que se despliega, en una cadena aparentemente imposible de romper, en posteriores momentos condicionados por el aquel primero.
Todo momento condiciona el porvenir hasta el instante del rayo, en que es visto como lo que realmente es. La decisión de aquel momento fue el trasfondo que subyace a todo lo que he hecho después.
Para borrar mi pasado primero utilicé el martillo de filosofar de Nietzsche, luego, el bisturí de Henri Miller, más tarde, el inmenso y razonado desarreglo de Rimbaud. Después, fue el rayo del instante. La clara y completa percepción del momento borra, como la ola sobre la arena, todas las huellas.

Definición:

Tomo aquí la segunda y sobre todo la tercera acepción de “momento” de María Moliner. Según la primera, momento e instante son sinónimos.

 1 m. Punto en el *tiempo: ‘La velocidad de un móvil en un momento dado’. 1 Instante.
2 Porción pequeña de tiempo. No admite ninguna determinación de cantidad: ‘Me falta un momento para acabar. Llegará dentro de un momento. Se ha marchado hace un momento’
3 (sing. o pl.) Tiempo de extensión indeterminada (unos segundos, unos minutos, unas horas, unos días, unos meses y hasta unos años) en que ocurre o se hace cierta cosa: ‘No es momento ahora para discutir. Pasamos entonces unos momentos de angustia’. 1 Instante[s].

No hay comentarios :

Publicar un comentario

 
Con la tecnología de Blogger.

Seguidores